Hola queridísimos lectores, en este artículo os hablaré sobre algo que moralmente hablando está en decadencia últimamente, así que me he involucrado en la escritura de este artículo para recordar la condición libre de todas y cada una de las personas que habitan el mundo. Y es que somos libres de cumplir o no cumplir el deber, pero tenemos
que elegir siempre, de eso se trata la “Libertad”.
El concepto de la
libertad se basa en la ausencia de impedimentos a nuestra voluntad, sobre todo
en la autodeterminación de uno mismo, ya que no se es esclavo de nadie ni se
debería serlo. La libertad, un concepto tan complejo, tiene problemas, y esto
es lógico y normal. Hay dos conceptos diferentes de libertad: La libertad de
acción (1) y la libertad de elección (2):
La “Libertad de acción” (1), que se resume en si se es
libre para hacer una cosa o no, es decir, la libertad para realizar lo que
hemos decidido sin coacciones externas, opresión o prohibiciones. Es una
cuestión aparte reflexionar sobre sus límites para que todos podamos disfrutar
de ella al máximo nivel. Esta es una cuestión de carácter social o político. Y la
“Libertad de elección”(2), que se resume en si se es libre para decidir una
cosa o no, es decir, la capacidad de elegir entre diferentes opciones sin que
esté predefinido por ninguna fuerza cuál será la opción que elegiremos. Se
trata de entender por qué tomamos nuestras decisiones, ¿Las tomamos libremente
o son el resultado inevitable de una serie de factores? Negar la libertad
significa negar la moralidad. La cuestión es si somos libres o estamos
determinados. Esta es una cuestión de carácter filosófico.
Los problemas ante
la libertad de elección son las diferentes perspectivas con las que se mira el
concepto, pues existen dos corrientes diferentes: Determinismo (I) e indeterminismo(II):
El “Determinismo” (I), que afirma que el ser humano no es
libre puesto que todo tiene una causa, estamos argumentados por las leyes
físicas, la cultura, la sociedad, las costumbres, las fuerzas superiores a
nosotros, la constitución genética, la historia que sigue un curso prefijado
(en la cual cumplimos la misma función que las piezas de un engranaje), los
motivos, los deseos, y un largo
etcétera. Epicuro, en el S.III a.C. y Baruch Spinoza junto a los científicos
materialistas, en el S. XVII defendieron esta postura en contra de la libertad
humana.
En contraposición, el “Indeterminismo” (II) alude a que el
hombre es libre puesto que su conducta siempre está regida por su voluntad y
estamos argumentados por la libertad de decisión, la responsabilidad, nuestra
esencia libre y la ley causa-efecto, que tiene un margen de error. El pensador
medieval Jean Buridan (S. XVI) exponía que un asno jamás comería si tuviese dos
montones de paja a la misma distancia, pues no podría elegir ni uno ni otro,
puesto que no podría decantarse por azar. El ilustrado alemán Immanuel Kant (S.
XVII) exponía que una cosa es conocer y otra muy diferente es pensar, y en
sentido estricto, conocer significa someter a causas y efectos, y en lo que a
nosotros nos concierne, someter a causas y efectos a la ciencia y al mundo
material para darnos cuenta de que aparte de eso, la mente puede crear nuevas
ideas. El empirista David Hume y el utilitarista John Stuart Mill (S.XVIII)
aludían a que no hay más sentido en la libertad que la liberación de coacciones
externas. El francés Henri Bergson (S. XIX/XX) establecía la diferencia entre
el mundo físico y conciencia, pues al mundo físico le podemos aplicar leyes y
al segundo no; en las leyes científicas hay repeticiones idénticas y en la
conciencia no puede haber repeticiones idénticas, pues la experiencia acumulada
hará que la conciencia viva la segunda experiencia de forma distinta a como
vivió la primera. El también francés, novelista, crítico, dramaturgo y filósofo
Jean Paul Sartre trabajó el existencialismo, y esto se basa en que lo que
caracteriza a los humanos es que no estamos definidos; la existencia es
anterior a la esencia, pues después de existir al ser arrojados al mundo,
decidimos lo que hacer con lo que se hizo de nosotros, es decir, nos inventamos
constantemente con decisiones tomadas de forma libre.
Pero en realidad… ¿Cómo se construye la libertad? Esta pregunta se
responde citando tres comportamientos: Conociendo más, razonando mejor y
teniendo más criterio.