1 de mayo de 2014

II. "Paradigma antropológico-ético tripartito", por Mario Sáenz M.


Hola queridos lectores. Hoy vamos a ver la continuación de la última tesis, que trataba sobre la realidad y su conocimiento, pero dirigida desde el punto de vista del sujeto, del propio ser humano. Así pues, se analiza qué es el ser humano (antropología) y cómo reacciona ante ésto (ética). El ser humano, en su totalidad, es la suma de una habitación (instancia física) con dos bloques a esculpir que contiene (instancia mental), uno se llama “consciente” (de mármol) y otro “inconsciente” (de cristal translúcido). El objetivo y la finalidad humana es hacer de la habitación un lugar bonito en que cada uno de esos bloques de mármol se puedan convertir, a su vez, en unas esculturas cada vez más bellas y perfectas.

·         Instancia física / habitación: El desarrollo del físico se hace mediante gimnasia y ejercicio, pues el cuerpo es importante para mantener a salvo los dos bloques que tiene en el cerebro, situado en la cabeza, su parte superior. Así, cuanto mejores cualidades físicas se tengan, más a salvo estarán los bloques; mas aparte, por cuestiones estéticas y de autorrealización, también se puede desarrollar el cuerpo por independiente, es decir, a expensas de los bloques. Pero “decorar” la habitación es una labor superficial, pues lo que importa es lo que hay dentro de ella.

·         Instancia mental / bloques: El desarrollo de los dos bloques no son iguales, pues no son del mismo material, ni por tanto, de la misma condición.

- Bloque de mármol / “consciente”: Éste bloque se refiere a la consciencia humana, es decir, al filtro de sensaciones, los recuerdos, la imaginación, las capacidades intelectuales… Así pues, en resumidas cuentas, esculpir este bloque significa conocer cada vez más. Con cada cosa que se aprende digamos que se quitaría un granito de mármol. La estatua estaría completamente perfecta no cuando el ser humano conociese todo, sino cuando conociendo mucho fuese capaz de responderse a sí mismo si se puede conocer todo. Así pues, aparte de conocer, esculpirse requiere conocerse (y eso sólo es posible mediante la adquisición de un carácter filosófico sofisticado).

- Bloque de cristal translúcido / “inconsciente”: Éste bloque se refiere a la inconsciencia humana, es decir, a una caja negra que el ser humano no puede abrir más que soñando o con la “asociación libre” diciendo palabras rápidamente al azar. Por eso aludo a que el cristal es traslúcido, pues se puede saber algo de lo que hay detrás, pero sólo en una imagen global o concepto. Así pues, de manera consciente no podemos desarrollarnos. Digamos que nuestro escarpe y martillo no sirven para esculpir este bloque, ni cualquier otro tipo de herramienta, pues romperíamos el bloque al ser éste frágil. ¿Cómo se esculpe pues este bloque? La respuesta es fácil: no se puede esculpir. Cualquier golpe que se diese al cristal provocaría su rotura. Así pues, el quid de la cuestión es que en realidad, si el otro bloque de mármol estuviese absolutamente esculpido, conoceríamos todo, y con ello, la forma de atestar el golpe a éste bloque de cristal sin romperlo, para ir pudiendo acceder cada vez más a una instancia a la que nunca jamás se ha podido acceder. Así pues, éste se esculpe prácticamente sólo, pero la condición previa es que el bloque de mármol ya haya sido esculpido casi a la perfección, para saber cómo esculpir este otro.

Todo esto en cuanto a la antropología humana. La ética de éste sistema estaría basada en aceptar que uno mismo es el poseedor de sus propias instancias a desarrollar, inventándose así pues a sí mismo constantemente (moral de artista), en contrariedad al pasar de desarrollarse a uno mismo (ya que esto es una tarea costosa y complicada) y, en consecuencia, dejar que te desarrollen los demás (moral de mediocre).